11.11.07
Deleuze-poética
Estamos ante la imagen óptica y sonora pura que viene a reemplazar al nexo sensoriomotriz.
Estamos ante una ruptura de la Imagen-movimiento, donde las distinciones entre lo trivial y lo extremo, entre lo subjetivo y objetivo, van perdiendo importancia.
“Se cae en un principio de indeterminabilidad, de indiscernibilidad: ya no se sabe que es lo imaginario o lo real, lo físico o lo mental en la situación, no porque se los confunda sino porque este saber falta y ni siquiera cabe demandarlo” (un punto de indiscernibilidad, y no de confusión).
Una situación puramente óptica y sonora que no se prolonga en acción, ni es inducida por la acción. Llegamos con la Imagen-tiempo al trabajo de los mejores cineastas, al neorrealismo (el paseo o la enrancia, el vagabundeo, los acontecimientos no concernientes), al cine como vidente y no como acción.
De alguna manera es algo que se vuelve muy fuerte, algo muy intolerable, insoportable.
“Se trata de algo excesivamente poderoso, o excesivamente injusto, pero a veces también excesivamente bello, y que entonces desborda nuestra capacidad sensoriomotriz”
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