31.12.07

Senti que, en vista de mi pereza, mi ignorancia, mi curiosidad por la vida, mi modo de ser inquisitivo, mi deseo de verlo todo, de ser independiente, mi falta de disciplina y de capacidad para el verdadero sacrificio, el cine era mi forma correcta de expresion.
federico fellini.

28.12.07

El poeta en cada palabra, por el solo efecto de la actitud poética, realiza las metáforas en las que soñaba Picasso cuando deseaba hacer una caja de fósforos que fuera toda ella un murciélago sin dejar de ser una caja de fósforos. Florencia es ciudad, flor y mujer y es también ciudad-flor, ciudad-mujer y muchacha-flor. Y el extraño objeto que se muestra así posee la liquidez del río y el dulce ardor leonado del oro, y, para terminar, se abandona con decencia, y prolonga indefinidamente, por medio del debilitamiento continuo la e muda, su sereno regocijo saturado de reservas. A esto ha de añadirse el esfuerzo insidioso de la biografía. Para mí, Florencia es también cierta mujer, una actriz norteamericana que actuaba en las películas mudas de mi infancia y de la que he olvidado todo, salvo que era larga como un guante de baile, que siempre estaba un poco cansada y era casta, que siempre representaba papeles de esposa incomprendida y que se llamaba Florencia y yo la amaba.

25.12.07

S.

"La Virgen está pálida y mira al Niño. Lo que habría que reflejar en su rostro es un estupor ansioso, que apareció una sola vez en rasgos humanos, ya que Cristo es su criatura, la carne de su carne, el fruto de su vientre. Lo ha llevado durante nueve meses y le dará el pecho y su leche se convertirá en la sangre de Dios. En ciertos momentos la tentación es tan fuerte que le hace olvidar que él es Dios. Lo aprieta entre sus brazos y dice: ¡Pequeño mío! Pero en otros momentos se queda en suspenso y piensa: Éste es Dios. Se siente invadir por un religioso temor por este Dios mudo...
[…] Yo pienso, empero, que hay también otros momentos, que transcurren rápidos, en los cuales ella siente que Cristo es al mismo tiempo hijo suyo, el pequeño completamente suyo, y que es Dios. Lo mira y piensa: "Este Dios es mi hijo. Esta carne divina es mi carne. Él está hecho de mí, tiene mis ojos, y esta forma de su boca es la forma de la mía. Se parece a mí. Es Dios y se parece a mí".
Ninguna mujer ha tenido de este modo a su Dios para sí sola. Un Dios pequeñísimo, que se puede tomar en brazos y cubrir de besos; un Dios todo calor que sonríe y respira, un Dios que se puede tocar y que vive. En tales momentos, yo, si fuera pintor, pintaría a María, y trataría de reflejar la expresión de tierna intrepidez y de timidez con que ella tiende el dedo para tocar la dulce epidermis de este Niño-Dios, cuyo tibio peso siente sobre las rodillas y que le sonríe".

11.12.07

Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente su orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, las esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentía balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.

10.12.07

la idea: las ideas

Lo verosímil seria el posible real, la reiteración del discurso que construye el real que percibimos. El documental -ya sea un documental expositivo, interactivo, de observación o reflexivo- posee códigos del discurso que se han “institucionalizado” a partir de un efecto de corpus: y que nos permiten percibir algo semejante a la realidad (que entendemos como real sin cuestionamientos).
Christian Metz, dice que la línea divisoria del verosímil entre los posibles que excluye y los que retiene, variaría considerablemente según los países, épocas, artes y géneros. En mi opinión, es el avance de las tecnologías lo que ha llevado progresivamente a un cambio de verosimilitud del cine documental.
(NOTA: es necesario recalcar, o aclarar, en este paréntesis, que nos referimos a una realidad no en cuanto a contenido -no se pone en discusión aquí la posibilidad de realidad o irrealidad del tema-, sino mas bien en cuanto a imagen. Cómo el cine documental lleva a un progresivo cambio de verosimilitud en tanto modo de representación) El cine documental ya no busca mostrarse realista sino que esta cada vez más alejado de lo que entendemos como posible real. En otras palabras, ya no busca ocultar su falsa realidad (homólogamente quizás al cine clásico que se resistía a mostrar la falsedad de su producción).
Creo que es claro, plantear esta hipótesis a través de una distinción entre lo que yo particularmente voy a llamar “nuevo documental” en contraposición a el “viejo documental”.
El “nuevo documental” es aquel que bajo la línea de un documental mucho más reflexivo, empieza a convertirse en documental de ruptura, (cine documental que encuentra su posibilidad a partir de la aparición del video).
A lo que apunta esta distinción, es a una concordancia con la visión negativa que trabaja Metz del verosímil, concibiéndolo como una forma nata de la censura. Una censura que apunta a la forma de tratar los temas, al modo en que el film habla de lo que habla. Justamente, los documentales que vamos a trabajar a continuación, (el “nuevo documental”) generan sus rupturas a partir de los dispositivos nuevos que el video introduce, pero sin embargo, son documentales etiquetados bajo el titulo de “cine experimental”, “video arte”, entre otros. Mientras que en el cine documental más “clásico”, el “viejo documental”, en el que no se busca poner a prueba el concepto de realidad, tampoco se pone a prueba su estatuto de “documental”. La censura actúa.
Sea por las ventajas tecnológicas que aporta el video, o por haber sido un factor de novedad para la época, o por haber invocado a artistas de distintos sectores artísticos, el videoarte se ha apoderado del documental de una manera muy particular: es el deseo de hacer mas aparentes las convenciones de representación, y de desafiar la impresión de realidad que genera el género, lo que presenta un nuevo camino del documental. Este camino claramente tiene todavía mucho por recorrer, sobre todo con la nueva explosión del digital, y la hibridez de los medios que hay por delante.

“La tecnología es pensada como medio para reproducir de una manera mas perfecta la realidad. Esto a mi no me interesa” -Nam June Paik-

11.11.07

Deleuze-poética


Estamos ante la imagen óptica y sonora pura que viene a reemplazar al nexo sensoriomotriz.

Estamos ante una ruptura de la Imagen-movimiento, donde las distinciones entre lo trivial y lo extremo, entre lo subjetivo y objetivo, van perdiendo importancia.
“Se cae en un principio de indeterminabilidad, de indiscernibilidad: ya no se sabe que es lo imaginario o lo real, lo físico o lo mental en la situación, no porque se los confunda sino porque este saber falta y ni siquiera cabe demandarlo” (un punto de indiscernibilidad, y no de confusión).
Una situación puramente óptica y sonora que no se prolonga en acción, ni es inducida por la acción. Llegamos con la Imagen-tiempo al trabajo de los mejores cineastas, al neorrealismo (el paseo o la enrancia, el vagabundeo, los acontecimientos no concernientes), al cine como vidente y no como acción.
De alguna manera es algo que se vuelve muy fuerte, algo muy intolerable, insoportable.
“Se trata de algo excesivamente poderoso, o excesivamente injusto, pero a veces también excesivamente bello, y que entonces desborda nuestra capacidad sensoriomotriz”

5.11.07

no estoy enferma. estoy rota.


An erotomaniac confined for over 50 years

"Though my love is insane
my reason calms the pain in my heart
It tells me to be patient and keep hoping..."

3.11.07

He de preferir la acción a la crítica y comprender que el que merece aprecio es el que obra de un modo activo, aunque sea imperfectamente, y no el que se contenta con explicar de qué modo debiera proceder.

Hiroshima Mon Amour

Listen to me. Listen to me. Like you, I know what it is to forget.
No, you don't know what it is to forget.
Like you, I am endowed with memory. I know what it is to forget.
No, you are not endowed with memory.
Like you, I too have struggled with all my might not to forget. Like you, I forgot. Like you, I longed for a memory beyond consolation, a memory of shadows and stone. For my part I struggled every day with all my might against the horror of no longer understanding the reason to remember. Like you, I forgot. Why deny the obvious necessity of remembering? Listen to me. I know something else. It will begin again. 200,000 dead and 80,000 wounded in nine seconds. Those are the official figures. It will begin again. It will be 1 0,000 degrees on the earth. Ten thousand suns, people will say. The asphalt will burn. Chaos will prevail. An entire city will be lifted off the ground, then fall back to earth in ashes. New vegetation rises from the sands. Four students await together, like brothers, a legendary death. The seven branches of the delta estuary of the river Ota drain and fill at their usual hour, precisely at their usual hour, with fresh water rich with fish, grey or blue, depending on the season and time of day. People along the muddy banks no longer watch the tide slowly rise in the seven branches of the delta estuary of the river Ota.
I meet you. I remember you. Who are you? You're destroying me. You're good for me.
How could I know this city was tailor-made for love?
How could I know you fit my body like a glove? I like you. How unlikely. I like you.
How slow all of a sudden. How sweet.
You cannot know. You're destroying me. You're good for me. You're destroying me. You're good for me. I have time.
Please, devour me. Deform me to the point of ugliness.
Why not you? Why not you in this city and in this night so like other cities and other nights you can hardly tell the difference? I beg of you.

1.11.07

Entre los dieciocho y veinticinco años mi rostro emprendió un camino imprevisto, ese envejecimiento fue brutal. Ví como se apoderaba de mis rasgos uno a uno... He conservado aquel rostro nuevo. Ha sido mi rostro. Ha envejecido más por supuesto, pero relativamente menos de lo que hubiera debido. Tengo un rostro lacerado por arrugas secas, la piel resquebrajada. No se ha deshecho... ha conservado los mismos contornos pero la materia está destruida. Tengo un rostro destruido...

26.10.07

Parada de frente a la ventana y apenas apoyada sobre una pared de cemento fría que la hace estremecer, Maria deja deslizar hasta sus pies, el vestido plateado, quedando completamente desnuda, y con la mirada perdida en algún lugar de esa larga pared del edificio de al lado. Sabe que su marido no va a llegar hasta la madrugada, e inconscientemente apoya sus dedos gentilmente sobre su clavícula, y los baja por entre sus senos. Pero es un gesto suave, de caricia, mucho más inocente de lo que pensaría cualquier desconocido. Su marido nunca la toco de esa forma, ni siquiera la primera vez que la tuvo entre sus brazos. Asimismo se sorprende cuando se encuentra comparando a su esposo con Niq. No entiende realmente por qué lo hace. Porque además, realmente, ¿que podrían tener esos dos hombres en común? Niq debe ser bueno, y cariñoso…. Decente, seguro. Un héroe. En cambio Gio... Tiritó levemente al pensar su nombre, lo que la hizo volver en si. Se alejo de la ventana y fue en búsqueda de una bata que ponerse. Tenia que hacer la cena, bañarse, perfumarse, y ponerse… (sí, era jueves) el camisón de seda colorado, y si no se apuraba, no haría a tiempo. Gio volvería apestando a alcohol y a habano, hablando de su gran socio, sir charles, y se enojaría y… Y prefería tenerlo contento.Mas tarde, en la cama, mientras Gio apretaba con sus manos ásperas y sucias sus muslos, de una manera tan forzosa y sin permiso, Maria se juro a ella misma que esta vez hablaría con Niq Van Pol, y le pediría que la salve de ese infierno en el que la tenía su esposo. Ese infierno de cuatro paredes, sin salida. Y tal como lo dijo, la mañana siguiente, después de escuchar la ducha, los pasos, el armario, la licuadora, y por fin la puerta, saltó de su cama hacia el vestido plateado que esperaba ansioso en su armario (el vestido plateado, el único vestido que ella había comprado sola, un vestido alejado de cualquier cosa relativa a su esposo). Se puso también unos anteojos de sol bien grandes de marco blanco, y unos tacos aguja que ya casi no le molestaban al caminar. Pensó que la salida se le complicaba porque la puerta delantera estaba custodiada por uno de los compinches de su marido (que se suponía estaba ahí para cuidarla, cuando bien sabia Maria que solo estaba ahí para controlarla) pero salió por la puerta trasera sin ningún problema. Tomo un taxi y se dirigió hacia el hotel, donde sabia se hospedaba Niq, y espero en la puerta, a que llegara o saliera. Podría haber esperado toda la tarde si hubiese sido necesario, tal como lo hizo, pero empezaba a caer la noche y ya no se conservaba tan tranquila como antes.Tenía miedo por Gio. Maria no sabia si, con suerte, su esposo volvería tarde a casa, o si quizás (se le helaba la sangre de solo pensarlo) volvería temprano, mientras Maria esperaba en la puerta del hotel, y Gio la buscaba por toda la casa sin encontrarla, loco de ira. Espero una hora más en la puerta con las manos temblorosas. Creía ver hombres y mujeres mirándola como si fuesen guardaespaldas de su esposo dispuestos a delatarla. Transpiraba sudor frío como nunca antes en su vida. Entonces, completamente desesperada y dispuesta a irse, en un girar de cabeza, le parece ver a alguien que le es familiar. Tranquila Maria. No es nada - se dice por décimo tercera vezY sin embargo de este hombre que fuma un cigarrillo delante del restaurante del hotel no puede despegar la mirada, cuando por detrás, de la nada, ve al héroe de su infancia sentado en una mesa del gran comedor (ahora ya atropellado por los años que se escapaban por entre las ojeras y los kilos de más, y su aspecto tan fatigoso).
Debía ser tardísimo, pero no le importaba. De repente toda la alegría se fundió en su cuerpo. La esperanza, la tranquilidad.
Rápidamente cruzó la calle. Solo necesitaba pasar por delante de la ventana del restaurante y hacerle alguna seña a ese desconocido y familiar Niq van Pol, pero de la nada ve que el hombre del cigarrillo comienza a caminar hacia ella. No. No hacia ella, sino hacia donde ella se dirige. Intenta correr, llegar a la ventana antes, tocarle el vidrio a Niq. Pero no sabe realmente qué es lo que llega o no, a suceder.Mas tarde, en ese cuarto sin luz, cansada de gritar auxilio, trata de recordar. Pero solo esta una viejita a la que no recuerda, con quien se choca, que siente un pinchazo, y que sus piernas empiezan a adormecerse, se le nublan los ojos, y el hombre del cigarrillo que desesperadamente intenta atajarla de su caída, mientras otro de la nada lo detiene abruptamente, y le clava un cuchillo. No. Así no era. Estoy inventando cosas. Tranquila Maria, no es nada. Pero esas palabras ya no la tranquilisan.

22.10.07

20.10.07

Le hacía gracia que amigablemente y de lo más matter of fact la mano de Emmanuèle lo estuviera desabotonando, y poder pensar al mismo tiempo que quizá el Oscuro se había hundido en la mierda hasta el cogote sin estar enfermo, sin tener en absoluto hidropesía, sencillamente dibujando una figura que su mundo le hubiera perdonado bajo forma de sentencia o de lección, y que de contrabando había cruzado la línea del tiempo hasta llegar mezclada con la teoría, apenas un detalle desagradable y penoso al lado del diamante estremecedor del panta rhei, una terapéutica bárbara que ya Hipócrates hubiera condenado, como por razones de elemental higiene hubiera igualmente condenado que Emmanuèle se echara poco a poco sobre su amigo borracho y con una lengua manchada de tanino le lamiera humildemente la pija, sosteniendo su comprensible abandono con los dedos y murmurando el lenguaje que suscitan los gatos y los niños de pecho, por completo indiferente a la meditación que acontecía un poco más arriba, ahincada en un menester que poco provecho podía darle, procediendo por alguna oscura conmiseración, para que el nuevo estuviese contento en su primer noche de clochard y a lo mejor se enamorara un poco de ella para castigar a Célestin, se olvidara de las cosas raras que había estado mascullando en su idioma de salvaje americano mientras resbalaba un poco más contra la pared y se dejaba ir con un suspiro, metiendo una mano en el pelo de Emmanuèle y creyendo por un segundo (pero eso debía ser el infierno) que era el pelo de Pola, que todavía una vez más Pola se había volcado sobre él entre ponchos mexicanos y postales de Klee y el Cuarteto de Durrell, para hacerlo gozar y gozar desde afuera, atenta y analítica y ajena, antes de reclamar su parte y tenderse contra él temblando, reclamándole que la tomara y la lastimara, con la boca manchada como la diosa siria, como Emmanuèle que se enderezaba tironeada por el policía, se sentaba bruscamente y decía: On faisait rien, quoi, y de golpe bajo el gris que sin saber cómo llenaba los portales Oliveira abría los ojos y veía las piernas del vigilante contra las suyas, ridículamente desabotonado y con una botella vacía rodando bajo la patada del vigilante

17.10.07

Río Subterráneo

Hay que contenerse. Ser consciente, perfectamente lúcidos, dar a los hechos, los sentimientos y los pensamientos la forma adecuada, no dejarse arrastrar por ellos, como se hace comúnmente. Sergio me hablaba de eso en sus cartas, desde Europa, antes de regresar, y entonces era nada más la necesidad de ajustarlo todo a proporciones humanas, porque la desmesura es siempre más poderosa que el hombre; era una disciplina personal, casi un juego, pero cuando me habló de su angustia, de que se le metía en el pecho y no lo dejaba pensar, ni respirar, porque lo iba invadiendo, poseyendo desde esa herida primera que es igual a un cuchillo helado en un costado del pecho, comprendí que a eso debía aplicarse todo lo que sobre la importancia de la forma me había enseñado, y así entre los dos buscamos las palabras tibias que calientan la herida, y nos prohibimos cualquier expresión desacompasada, porque el primer grito dejaría en libertad a la fiera.

10.10.07

capitulo 41

Pero Talita se había enderezado lentamente, y apoyándose en las dos manos trasladó su trasero veinte centímetros más atrás. Otro apoyo, y otros veinte centímetros. Oliveira, siempre con la mano tendida, parecía el pasajero de un barco que empieza a alejarse lentamente del muelle.
Traveler estiró los brazos y calzó las manos en las axilas de Talita. Ella se quedó inmóvil, y después echó la cabeza hacia atrás con un movimiento tan brusco que el sombrero cayó planeando hasta la vereda.
-Como en las corridas de toros -dijo Oliveira-. La de Gutusso se lo va a querer portar vía.
Talita había cerrado los ojos y se dejaba sostener, arrancar del tablón, meter a empujones por la ventana. Sintió la boca de Traveler pegada en su nuca, la respiración caliente y rápida.
-Volviste -murmuró Traveler-. Volviste, volviste.
-Sí -dijo Talita, acercándose a la cama-. ¿Cómo no iba a volver? Le tiré el maldito paquete y volví, le tiré el paquete y volví, le...
Traveler se sentó al borde de la cama. Pensaba en el arcoiris entre los dedos, esas cosas que se le ocurrían a Oliveira. Talita resbaló a su lado y empezó a llorar en silencio. "Son los nervios", pensó Traveler. "Lo ha pasado muy mal." Iría a buscarle un gran vaso de agua con jugo de limón, le daría una aspirina, le pantallaría la cara con una revista, la obligaría a dormir un rato. Pero antes había que sacar la enciclopedia autodidáctica, arreglar la cómoda y meter dentro el tablón. "Esta pieza está tan desordenada", pensó, besando a Talita. Apenas dejara de llorar le pediría que lo ayudara a acomodar el cuarto. Empezó a acariciarla, a decirle cosas.


-En fin, en fïn -dijo Oliveira.
Se apartó de la ventana y se sentó al borde de la cama, aprovechando el espacio que le dejaba libre el ropero. Gekrepten había terminado de juntar la yerba con una cuchara.
-Estaba llena de clavos -dijo Gekrepten-. Qué cosa tan rara.
-Rarísima -dijo Oliveira.

3.10.07

Es una mierda, porque volves despues de un año, ves que tenes 60 posts que son una verdadera mierda, y te das cuenta que incluso ahora, no sabes escribir otra cosa que no sea esa verdadera mierda.
Y frenas medio segundo y te decis: para que carajos habre abierto el primer libro, sacado la primera hoja, y escrito la primera palabra. para qué carajos.

1.1.07

lunes de despedida

No sabés si digo la verdad o miento
(es que no sé qué historia)
pero me ves a mí y crees que soy yo.
Y ahora es nunca, todo es nada
si no me estrello en vos.