29.6.08

soy un cocktail

"Yo no tengo una personalidad; yo soy un cocktail, un conglomerado, una manifestación de personalidades.
En mí, la personalidad es una especie de furunculosis anímica en estado crónico de erupción; no pasa media hora sin que me nazca una nueva personalidad.
Desde que estoy conmigo mismo, es tal la aglomeración de las que me rodean, que mi casa parece el consultorio de una quiromántica de moda. Hay personalidades en todas partes: en el vestíbulo, en el corredor, en la cocina, hasta en el W.C.
¡Imposible lograr un momento de tregua, de descanso! ¡Imposible saber cuál es la verdadera!
Aunque me veo forzado a convivir en la promiscuidad más absoluta con todas ellas, no me convenzo de que me pertenezcan.
¿Qué clase de contacto pueden tener conmigo me pregunto– todas estas personalidades inconfesables, que harían ruborizar a un carnicero? ¿Habré de permitir que se me identifique, por ejemplo, con este pederasta marchito que no tuvo ni el coraje de realizarse, o con este cretinoide cuya sonrisa es capaz de congelar una locomotora?"



Intento recordar el sueño de anoche.

Estábamos juntos.
Me acuerdo que mirábamos una película,
pero en realidad estabamos mirándonos,
cara a cara.
Vos me abrazabas tan de cerca,
que nuestras caras se tocaban,
-y yo que me sentía tan diminuta-.
De vez en cuando,

nos mirábamos descolocados,
un poco reticentes,
pero era casi obligatorio mimarnos,
y el beso,
-el beso más suave-.
Y me acuerdo que nos abrazabamos en un
abrazo triste,
casi sin querer despertarme,

y que me besabas,
-un beso suave-.

¿Por qué este sueño?

¿Por qué escribirlo?
¿Por qué no me escondo?
O ¿por qué me escondo en el lenguaje?
¿Y por qué pienso que estoy loca?

No. Shh, callate.
No me gusta que respondas preguntas retóricas.

27.6.08

Bebe


Yo te quiero viva Bebe,
pero vos estás cansada y triste y rota de tantos que nunca van a estar.
Ya basta Bebe, ya está.
No te supo ver. Quedó del otro lado.
Ya está Bebe, nunca más.
Somos un barco que se hunde.


Le mépris, godard 1963

Camille: Tu vois mes pieds dans la glace?
Paul: Oui.
Camille: Tu les trouves jolies?
Paul: Oui, très.
Camille: Et mes chevilles, tu les aimes?
Paul: Oui.
Camille: Tu les aimes, mes genoux aussi?
Paul: Oui, j’aime beaucoup tes genoux.
Camille: Et mes cuisses?
Paul: Aussi.
Camille: Tu vois mon derrière dans la glace?
Paul: Oui.
Camille: Tu les trouves jolies mes fesses?
Paul: Oui, très.
Camille: Et mes seins tu les aimes?
Paul: Oui.
Camille: Qu'est-ce que tu préfères:
mes seins où la pointe de nez?
Paul: Je ne sais pas, c’est pareil.
Camille: Et mes épaules tu les aimes?
Paul: Oui.
Camille: Moi, je trouve qu'elles ne sont pas assez rondes.
Et mon visage?
Paul: Aussi.
Camille: Tout?
Ma bouche, mes yeux, mon nez, mes oreilles?
Paul: Oui, tout.
Camille: Donc, tu m'aimes totalement?
Paul: Oui, je t'aime totalement, tendrement, tragiquement
Camille: Moi aussi Paul

25.6.08

es la forma de la envidia, la admiración, la fascinación,
o un conglomerado de todo eso y qué se yo que más.
tan simple como que el amor es una mujer que prende un cigarrillo.


24.6.08

Son tus ojos,
(tu cuello, tu pelo,
tu clavícula Beatriz,
y todas esas partes tan ajenas a tu intervención,
tus senos, tus piernas,
tus muslos)
son tus ojos, la razon que me obliga a escribir
“se me rompe el alma al verte”
sin asquearme en una relectura.
Aceptando que sos la mujer rota que beso tercamente,
mientras terrenalmente me entrego a un hombre cualquiera,

que nunca alcanza.
Qué fácil decir:
"te veo Beatriz".

23.6.08

Sunburnt Hand (Danny Tieger)

i want to bury you up to your neck in the sand
exposing only your head and one hand
then we'll find a friend who will bury me too

so we'll stand in the sand holding hands just me and you
so we'll stand in the sand holding hands, me and you

the crabs will arrive and they'll pick at your face
but i'll whistle so they'll pick at mine in your place
then the gulls will arrive, eat the crabs for their food
so we'll stand in the sand holding hands just me and you
so we'll stand in the sand holding hands, me and you

if the tide takes me away, if the tide takes you away
if the tide takes us away, we'll meet here
in the sand
never fear, just look to the sand

if the waves come in, well we'll both surely drown
but to stay here with you makes me hold my ground
lets just make sure we're buried far enough up the beach
to stand in the sand holding hands you and me
yeah we'll stand in the sand holding hands you and me

if the tide takes me away, if the tide takes you away
if the tide takes us away, we'll meet here
in the sand
never fear, just look to the sand
and my sunburnt hand

22.6.08

no sé escribir cuando algo me duele tanto
me encerré una y otra vez en el baño para llorar
no me queda más que silencio

20.6.08

Silvia se despierta.
Es un domingo de primavera. Deben ser las once o las diez de la mañana. Se despierta de la mejor forma que hay: muy suavemente, como quien no tiene nada más que hacer todo el resto del día, y mira hacia la ventana que da a la calle y el sol que entra, los pájaros que cantan. Se queda embobada. Un hilo de pensamiento inconsciente, la lleva a otro, y ese a otro, y así sucesivamente. Termina pensando en la última vez que hizo el amor sin saber muy bien por qué, pero es un lindo pensamiento.
Mira hacia su derecha a José, que duerme boca arriba tan lindamente, y le surge unas ganas inmensas de abrazarlo, de contenerlo enteramente dentro de ella, de poseerlo, de… una sensación muy extraña, como si quisiese literalmente devorarlo y sostenerlo para siempre entre el cuello y la tetas (ese lugar donde a veces se siente que está el corazón -o un hueco que suple al corazón-). Sin embargo se contiene, no quiere despertarlo con lo cansado que debe estar.
Vuelve a mirar hacia la ventana pero inevitablemente rescata su último hilo de pensamiento: la última vez que hicieron el amor. Le parece sorprendente como funciona su memoria: no recuerda que día fue, ni quién incentivo a quién, ni tampoco recuerda cómo. Pero sí puede recordarlo dentro de ella. Cierra los ojos y lo siente penetrándola. Literalmente: lo siente. Como si lo estuviese haciendo exactamente en ese momento. Es cierto que la sensación solo le dura dos segundos, pero le resulta ilusoria la manera en que puede arribar solo con el pensamiento a la misma sensación que sintió entonces, a repetir el mismo gemido, a excitarse igual que entonces, a quedarse sin aire solo recordando el primer segundo en el que él estuvo dentro de ella.
Repite el pensamiento dos veces, tres veces. Lo intenta una quinta vez pero ya no lo logra, como si se hubiese gastado. De todas formas, sin proponérselo, tres veces son suficientes como para querer sentirlo dentro de ella una vez más. Gira nuevamente en dirección a José, que duerme totalmente ajeno a todo lo que le anda aconteciendo en ese mismo momento a ella.
Gentilmente, Silvia apoya la mano sobre su pecho y lo acaricia. Le besa las mejillas, le coquetea entrelazando sus piernas entre las de él. Pero José acepta la caricia sin comprender la necesidad libidinosa de Silvia que lentamente va excitándose cada vez más con el solo roce de su camisón de seda.
Casi fuera de si, Silvia baja su mano acariciándolo indubitablemente. Pero José entreabre los ojos, sonríe tiernamente, como si Silvia estuviese contándole un chiste simpático, y gira la cabeza para el otro lado, sin terminar de despertarse.
Silvia no se detiene, lo cierto es que se siente incitada, como si ese inconsciente rechazo la colmase hasta la embriaguez, nublándole el pensamiento. Aferrada a esas ganas incontrolables de hacer el amor, se sube sobre él -las piernas abiertas sobre su miembro- pero no lo toca. Empieza a besar su pecho, su panza, su ombligo. Le baja el pantalón y por primera vez, hace algo solamente para complacerlo, y lo hace con toda la boca, con toda la lengua, con todas las ganas.
A Silvia le gusta. Lo siente excitarse, lo siente completamente de ella, como si estuviese literalmente devorandolo. Inevitablemente, José se despierta. Le acaricia el pelo con ternura, mueve un poco el cuerpo para acomodarse y acompaña con su mano la cabeza de Silvia. Ella lo ama con una pasión que no termina de expresar aunque lo haga más rápido o aunque lo haga con más ardor, lo cual la exhaspera.
Él la ama incontrolablemente. Se excita sientodola, viendola y sobretodo le excita su devoción. A punto de acabar, solo piensa en formas de excitarla y en las ganas que tiene de acariciarle las tetas. Y después de todo eso, las ganas de besarla un poco y traerle el desayuno a la cama.
La ama. Lo ama.

19.6.08

Conocí a un chico que me hace falta los días de lluvia.

14.6.08

yo no quiero ver más a todo aquel que se ha ido.
mi corazón roto ha venido, me habla y dice que no le ha quedado nada, que él está vacío.
me dice que todo se ha marchitado y yo no tengo más que un río,
tan seco el lecho, que está agrietado profundamente.
dando vueltas me voy dando cuenta estoy sola.
miré para otro lado y vi lo que pasó.
no lo quiero.
el tiempo ha terminado, mirá lo que quedó.
no lo quiero.

13.6.08

Aclaración

De repente un verdura propicia la deja de comentarios y yo ya me veo condenada.
Temas a dejar en claro:

a. Nunca fui (y ojalá llegue a serlo, pero lo veo lejos de lograrse) escritora. De hecho siempre escribo lo mismo, de otra forma, pero incluso con el mismo estilo, como quien no puede sacarse algo de la cabeza. Aprecio la apreciación, pero sigo lejos de considerarme un aporte a la literatura (si quiera) trivial.

b. Todo los que escribo, lo escribo en pos de la ficcionalisación. El hecho de que ciertos personajes se parezcan en la realidad a otras personas, es mera coincidencia (o leve recuerdo o mera ensoñación): nada específico. Sino, no me tomaría la molestia de pensar en nombres nuevos. Escribiría: a Mariana le pasó esto, esto y esto, y esta semana se enamoró de este. Aunque yo no me enamoro, claro.

c. Me pregunto si habrá más gente que lee lo que escribo y de la que yo no soy consiente. Tanto comentario de repente me hace sentir leída, como si fuese materia interesante de ser analizada. ¿Eso pasa acaso? ¿Es normal? De hecho, seria más barato y menos forzado que ir a un psicólogo. No fue tan mala idea. Que el lector deje firma, ¡sí señor!

d. Dejo una foto, porque las fotos siempre son lindas, y porque dan un aspecto menos formal a un listado cínico de aclaraciones. Esta foto, la saqué en Bariloche, apenas terminaba de leer un pasaje particular de "Las babas del diablo". Me acuerdo que en ese momento pensé (aun lo pienso) que mi mamá era la mujer más linda del mundo.

12.6.08

El otro día, mientras iba caminando hasta el colegio, Lorena se confesó a sí misma que le gustaría ser más linda. Ir caminando por la calle y que lo chicos la miren, que los camioneros le silben la silueta, o que algún tonto le tire algún piropo. (Lo cual me pareció algo hasta entonces inexistente: que una mujer reconozca la maravilla de todos esos halagos. Pero después, después me di cuenta de que se mentía).
Lorena sabe que toda cuestión esta dada por Martín (porque Martín siempre está ahí, entre ella y ella misma, en el medio). Si fuese mas linda ya me hubiese besado, pensaba. Y si fuese más linda, no padecería tanto (claro que de todas formas es un padecer superfluo: el corazón que se frena cada vez que lo tiene a tres centímetros de ella, el mirar constante hacia otro lado donde él no la mire, las ganas trsites de besarlo).
Pero basicamente eso. Que está cansada de estar tan triste, de la falta de mimos, del invierno. Que le gustaría ser más linda. Quizás... sacarse cachetes...
"Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
así te amo porque no sé amar de otra manera,
Sino así de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño."

9.6.08

Spring awakening

Mama who bore me
Mama who gave me
No way to handle things
Who made me so sad
Puedo asegurar fehacientemente qué acontecerá en el futuro, porque puedo asegurar que la pasión desmedida y obsesiva que estímulo infatigablemente, se va a evaporar en cuestión de días. Exactamente cuantos días no lo sé. Quizás en un mes, o en dos años, depende obviamente de que tan rápido te enamores de mí como para que yo pueda decirte “me cansé”. ¿Cuánto lleva enamorarse de mi? Bueno, ese es otro tema…

8.6.08

"Paso por una calle y estoy viendo en la cara de los transeúntes, no la expresión que realmente tienen, sino la expresión que tendrían para conmigo si conociesen mi vida, y cómo soy yo, si se transparentase en mis gestos y en mi rostro la ridícula y tímida anormalidad de mi alma. En ojos que no miran, sospecho burlas que encuentro naturales, dirigidas contra la excepción inelegante que soy entre un montón de gente que hace y goza; y en el fondo supuesto de fisonomías que pasan, carcajadas de la tímida gesticulación de mi vida."

7.6.08

Let's fool around.
Let's do it some strange way that you've always wanted to,
but nobody would do with you.

5.6.08

no voy a hablar de una familia


No me preocupa que (a veces) me falte todo, me preocupa más faltarme a mí misma. Descubrir que -concientemente- estoy siendo en función de lo que es otra persona (concepto más bien turbador, reflejo de lo patético, lo triste, reflejo de la necesidad constante que siento). Pero me justifico: cuánto tiempo nos llevaría cocernos y recién ahí reconocer que nos queremos. Más bien querernos. En este momento, Lucrecia diría algo así como que todo lo que adoras de mí es lo que adoro de vos. No, que todo lo que adoras de mí, es lo que yo pienso que de ser vos adoraría en mí. No sé, algo así de complicado. Yo lo diría en otras palabras, pero ella y yo nos parecemos. Yo también me giro, me tuerzo, me doblo y me acuclillo, y no me importa. Pero cómo saber si no es eso lo que te aleja. Porque eso sí me importa: perderte a vos mientras que estoy perdida, pero sobretodo perderte a vos.

3.6.08

el cine substituye nuestra mirada por un mundo más en armonía con nuestros deseos

1.6.08

Vuelvo a casa y me doy cuenta de que me empieza a costar ocultar la tristeza. Siempre ando por ahí con los ojos llorosos. Me pregunto si no seria más fácil no ocultarlo. Encontrarme con alguien, con cualquiera, y abrazarlo por tres horas, pero tres horas de verdad, seguidas, y arrinconarme en ese hueco que hay entre el hombro y el cuello. Porque esa es la parte que mas extraño, esa es la parte que mas me gusta de vos. Y a veces a la noche me acuesto en la cama, e intento recordar exactamente el ángulo, y el calor, y el olor, y a veces pienso que vos también me abrazas, que vos también me queres, como un reemplazo exquisito al rechazo.